ESTA ES
UNA HISTORIA VERIDÍCA DE UN
BUSCADOR DE
TESOROS
Antonio Onieva
Estaba tomándome una cerveza en el bar Tamicos, centro neurálgico de los buscadores de tesoros, como estaba relatando, estaba tomándome una cerveza, cuando llega el Coco y el Matagallos, y me comentan que están saliendo buenas monedas ibéricas, en el poblado ibérico de Pedro Abad. A mi me llaman el lobo solitario, siempre voy sólo, pero esa vez me convencieron de ir con ellos a ese poblado.... aquí empieza mi historia.
Serian las siete de la tarde en pleno agosto, con un calor insoportable, dejamos los coches abajo del cerro cerca del río, cuando llegamos a la alambrada, observe que habia carteles de "PELIGRO GANADO BRAVO", le dije al Matagallos que era un cercado de toros bravos y el me dijo que no pasaba nada.
Me dice: "los toros los tienen apartados abajo, y no suben hasta que se va el calor al anochecer".
A mi me dejó un poco intranquilo...todos pasamos la alambrada, nos pusimos a buscar con el detector, como no estaba tranquilo por lo de los toros, no me puse los auriculares.
Paso como una hora y ya prácticamente no nos veíamos ninguno, estaba yo ensimismado buscando con el detector cerca de una especie de alberca bastante grande y baja de altura, cuando note algo en el ambiente, como una vibración o algo parecido, apreté el paso y subí una pequeña loma muy suave, cuando yo vi lo que venia desde abajo para arriba se me heló la sangre en las venas...
¡DIOS MIO! ERAN TOROS...¡Y MUCHOS! ¡Y GRANDES!
Me entró una especie de histeria y mucho miedo,
durante unos segundos no reaccioné, inmediatamente me dí la vuelta buscando con la vista si se veía la alambrada, como me había movido tanto buscando con el detector, estaba desorientado y muy nervioso, observe algunos árboles que estaban cortados por el tronco, como metro y medio de altura, al fondo se veían algunos eucaliptos con abrevaderos de comida para los toros y cerca de mi estaba el pilón, sin pensármelo más salí corriendo para el pilón....
Tiré el detector y ME METÍ DENTRO DEL PILÓN,
en el centro mismo, este tendría unos seis metros de largo por cuatro de ancho, y medio metro de altura...
me quedé agazapado en el agua tan solo con los ojos y la nariz fuera del agua, estaba tan nervioso que el pensamiento lo tenia plano y a la vez se me pasaba por el pensamiento toda mi vida...
¡Y PORQUE COJONES TENIA QUE HABER IDO YO A BUSCAR A ESE SITIO!
El primer toro que entró, era todo negro con unos ojos... con unos pitones...que me dejó ¡¡petrificado!!, el animal empezó a beber y yo ni parpadeaba, mirándome fijamente, como pensando el animal, "QUE COJONES ES ESO QUE HAY EN EL PILON" de pronto, cortó de beber y se sacudió fuertemente, a mi ya me entraron las siete cosas, no pude contenerme y ¡ME MEÉ DE PÁNICO! el animal siguió bebiendo e inmediatamente se llenó todo el abrevadero de toros y YO EN MEDIO DEL PILÓN, pasé de un miedo terrorífico a un pánico insostenible,.... poco a poco se fueron marchando los toros, después que se fué el último toro, entraron los tres caballistas, el primero que me vió, se sorprendió y me dijo "¿que hace usted ahí?" y yo temblando no podía responderle, me dijo "¡Salga usted, hombre! que ya se han ido los toros..."
Me incorporé temblando y salí del pilón (chorreando, no se notaba que me habia meao), los toros estaban a unos cien metros comiendo debajo de los eucaliptos, le explique lo qué me había pasado y me dijo entre risitas...
"Pero hombre, eso se hubiera quedado usted quieto y hubieran pasado..."y yo le contesté "PARA ESTARME QUIETO ESTABA YO".
Finalmente me acompañó uno de ellos hasta la alambrada y ACABO LA HISTORIA....
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